Las tasas de extinción de especies actuales son mil veces más altas que las tasas naturales de extinción, y las tasas de extinción futuras probablemente serán a medio plazo 10.000 veces más altas de lo normal antes de la aparición de la especie humana. Esta es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo por investigadores de Estados Unidos, Suiza y Reino Unido, que se publica esta semana en la revista especializada Conservation Biology. Los datos del equipo encabezado por Jurriaan M. de Vos, profesor de la Universidad de Zurich (Suiza), mejoran los cálculos realizados hasta ahora por diversos grupos internacionales sobre la tasa natural de extinción de especies (la que se ha producido en la Tierra durante los últimos 60 millones de años), la tasa de aparición de nuevas especies (producto de la evolución) y la tasa de extinción de especies durante los últimos miles de años (influenciada por la
aparición de los seres humanos y sus actividades -caza, pesca, deforestación, contaminación-).
El resultado de esta nueva investigación es que los cálculos más pesimistas conocidos hasta ahora parecen tener la razón: desde la aparición de la especie humana -y en especial desde el uso masivo de la industria-, el número de especies de seres vivos que desaparece de la Tierra ha crecido muy rápidamente, situándose claramente por encima de la tasa de aparición de nuevas especies (o tasa de reemplazo).
Centenario de una catástrofe Los nuevos y negativos datos sobre extinción de seres vivos se presentan la misma semana en que se conmemora el primer centenario de la desaparición de una especie emblemática, la paloma migratoria, paloma de la Carolina o paloma pasajera (Ectopistes migratorius). El último ejemplar conocido de esta especie que durante miles de años pobló el este de norte-américa murió el 1 de septiembre de 1914 en su jaula del zoo de Cincinnati. La caza indiscriminada durante más de dos siglos fue la causa principal de esta especie. Los datos que se presentan ahora en Conservation Biology, "refuerzan la urgencia de conservar lo que queda y de reducir nuestro impacto, porque las cosas eran muy diferentes antes de que los humanos entráramos en escena", ha explicado el profesor De Vos. Los cálculos sobre extinción de especies son muy complicados y los autores del nuevo trabajo advierten que se refieren siempre a grandes cifras. Los expertos calculan que la tasa de fondo normal (la extinción registrada como promedio durante los últimos 60 millones de años) es de 0,1 extinciones por millón de especies por año. Por el contrario, la tasa de extinción actual es más del orden de 100 extinciones por millón de especies por año.
Analizando los datos de los últimos centenares de años, el estudio apunta que en la mayoría de los casos, la causa principal de la extinción de especies es el crecimiento de la población humana y el consumo de recursos per capita, aunque el documento también señala cómo los seres humanos han sido capaces de promover la conservación de especies singulares.
Si bien en nuestra provincia hay progresos en la protección de la vida de los animales en general, hay varias especies que están en peligro de extinción y cualquier acción, racional y científica, cooperará para salvarlos.
Leyes, como la provincial N° 6.599, han determinado que son monumento natural, y en ese lote de representantes emblemáticos están el cóndor, el choique, el guanaco, la tortuga del macizo extracordillerano, la liebre mara, criolla o patagónica y el pichiciego. La protección también alcanza a los lugares naturales donde permanecen. Para estos representantes del reino animal se establece la veda total y permanente de la caza, y se prohíbe su tenencia en cautiverio.
Pero, los especialistas y biólogos siguen alertando con respecto a que la pérdida
de hábitat y la caza ilegal, siguen siendo la mayor amenaza de las especies en extinción o en peligro en Mendoza.
Para el profesor de Biología Hugo Asensio (42), a cargo del área de Fauna de la Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR), “la pérdida de hábitat es el factor determinante, ya sea porque el suelo cambió de modalidad de uso, y un campo natural pasó a ser a un terreno sembrado o donde se instaló determinada infraestructura o se construyó. Y el animal que moraba allí ya no lo puede hacer más”.
Igualmente en la cadena de agresión figura la costumbre de convertir en mascotas a determinados animales, especialmente aves, cazándolos ilegalmente, o produciendo tráfico, actividad también contra la ley.
En el mismo sentido, la captura de determinados animales para consumirlos, sigue arraigada y en diversas partes de la provincia se hacen verdaderas “excursiones”, que si logran sortear los operativos de vigilancia, vuelven a los hogares con kilos de carne clandestina para el consumo en los hogares.
Dentro del grupo de los mamíferos, los quirquinchos o piches, son muy codiciados y se los consume en fiestas sociales, no sólo en áreas rurales, sino también en la ciudad. Esta captura es reprobable por la condición de animales silvestres, que exige protección y no persecución.
En el mismo renglón de perjuicios están los incendios forestales.
La Secretaría de Ambiente es el organismo de proteger la vida animal. En asocio con instituciones científicas como el Conicet o las universidades o centros de investigación, tiene una política de estudio de aves, mamíferos, reptiles y anfibios.
El secretario de la cartera, Marcos Zandomeni, rescata, entre otras acciones, el Programa de Rescate y Rehabilitación de Aves Rapaces, que básicamente enfoca al águila coronada, y los lugares donde vive, el Bosque Tolteca (Lavalle), y en la reserva de Ñacuñán (Santa Rosa). Por otro lado, actúa en el medio el plan de la Fundación Bioandina del Cóndor Andino, con la que se trabaja desde 2000, con la liberación de varios ejemplares en Villavicencio.
Este año, al mes de abril se han labrado 800 actas en diversos operativos contra la caza o tenencia ilegal de animales, en los que se encontraron vivos o muertos piches o armadillos; aves, con el sietecuchillos como el más capturado, liebres mara; choiques y guanacos.
Como contracara, el chancho jabalí y la liebre de Castilla o liebre europea tienen liberada su cacería por el daño que producen en la naturaleza, de manera prioritaria el cerdo, una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.
El“estigma”de cantar
Desde Ambiente y también en Recursos Naturales se hacen campañas para crear conciencia de que los animales autóctonos no deben ser considerados mascotas, ni mantenerlos en cautiverio. Es el caso de los pájaros pequeños que padecen el “estigma” de poseer un bello canto. El que más sufre la situación es el sietecuchillos o picahueso, muy capturado para destinarlo a los patios u otros ambientes de la casa.
Las aves son de los animales que soportan mayor presión de caza y tráfico. Afortunadamente, desde 2004 se cuenta en el medio con el Centro de Recuperación de Aves, en la Refinería de YPF de Luján de Cuyo. A cargo del guardaparque Pedro Babsia, periódicamente esa reserva ecológica destruye tramperos y elementos que se utilizan en la caza furtiva.
Como contrapartida, hay cambios de conciencia que se van introduciendo lentamente en la población. A esa conducta propenden los centros observadores de aves (COA), que llevan al público a lugares silvestres para observar el vuelo de los pájaros, utilizando largavistas.
FUENTES:http://www.latasadeextincionmasalta.com
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